miércoles, 28 de diciembre de 2011

Miedo

Comenzamos con algo bastante impactante, por lo menos para mí. Es un suceso real en el que estuve presente, el día jueves 22, el cual me dejó sin palabras. Os lo contaré todo detalladamente, describiendo los sentimientos de cada personaje en cada instante.

Ella y yo volvíamos a su casa, no tenía saldo como siempre y debía llamar a mi padre para que viniera a buscarme, ya que eran las nueve de la noche aproximadamente y aun no me había llamado. Llegamos a casa de mi amiga, podía ver a su padre simpático conmigo como siempre. Al pasar unos minutos le llamé a mi padre y me dijo que no podía ir a buscarme por asuntos de trabajo, entonces decidí llamar a mi madre, pero olvidé que no estaba disponible a esas horas, así que tuve que quedarme en casa de mi amiga a dormir.

Mi gran amiga, tenía siempre la costumbre de contestar con firmeza y a la vez tendiendo a ser un tanto impulsiva, o al menos siempre me fijé en eso todas las veces que pasaba por su casa, pero vi que ellos hacían lo mismo, bueno, depende de las circunstancias que fueran, ellos se disponían a hablar a la vez que ella y no acababan nunca, aun así no me preocupaba porque eran discusiones totalmente normales y me reía a carcajadas de los sucesos en aquella familia, yo solo me disponía a ver y no comentaba absolutamente nada, pero eso si, me lo pasaba genial escuchando.

La cena ya estaba lista y nos disponíamos a cenar, era una cena bastante ligera y yo comía tranquilamente con su padre sentado a mi izquierda y ella a mi derecha. Su padre acabó antes que nosotras, pues nos quedamos comiendo la variedad de quesos que nos ofreció su madre. En ese momento la veía feliz, recuerdo que al comienzo del día gritó aquellas palabras de felicidad al mundo, supongo que porque era el ultimo día de clase.
Se levantó, su madre hablaba por el móvil continuamente y ella quería pasar no recuerdo muy bien para qué, ya que no presté atención a lo que hacía mi querida amiga, pues estaba sentada en la mesa y seguía comiendo queso. Al intentar pasar le gritó a su madre, en ese momento ya la veía algo estresada. No le dejaba pasar, simplemente porque no le haría caso ya que estaba hablando por el móvil o por el inconveniente que fuera. De todos modos su madre reaccionó algo e hizo un comentario de su comportamiento. Su hermana estaba en la ducha y le gritó desde allí, me supuse que era por el agua o no sé, el caso es que a la segunda vez que le volvió a repetir su hermana aquel grito suponiendo que no le había oído a su hermana menor, en ese instante estalló de rabia y dio un tremendo chillido diciéndole que ya estaba listo. Su padre estaba en la sala y al escuchar aquello vino a la cocina rápidamente. Sus padres comenzaron a discutir con ella sobre su comportamiento, mientras, yo me disponía a observarles sentada en una de las sillas de la mesa de la cocina. Mi amiga gritaba y gritaba con mucha rabia a sus padres, a su padre nunca lo había visto tan cabreado la verdad y me empecé a asustar algo, mi cuerpo no respondía y la expresión de mi cara transmitía preocupación por la situación en la que me veía, además de eso también me sentía bastante incomoda, no pintaba nada en ese momento.

Al fin terminó la discusión y ella entró en su habitación, dio un portazo tremendo. Su padre muy enfurecido volvió a donde ella, abrió la puerta y mientras ella preparaba su cama junto con la de invitados que tenía debajo para mí, el le pegó con miedo pero con decisión. Sentí mi cuerpo mucho más entumecido que antes, mis ojos no podían ver tal imagen y mi cuerpo rebosaba de angustia. En ese momento era como si mi amiga y yo estuviéramos unidas por el dolor aunque yo solo sentía un pequeño pero a la vez un grande pinchazo en mi estomago, al ver las lágrimas de mi amiga caer por sus mejillas. Al rato se fue de nuevo y ella volvió a cerrar la puerta con fuerza y esta vez su padre volvió con más rabia todavía y le pegó una bofetada en la cara, aun no podía creer como podía pegar a su propia hija, nunca había visto una cosa así y esperaba no volver a verla. Las lágrimas de mi amiga seguían cayendo por sus mejillas, yo sentía mis lágrimas apretujadas una contra otra queriendo salir de mis ojos, pero me contuve. Después por fin tuve el valor de levantarme de la silla e ir a donde ella, pero aun así me quede de pie pensativa y sin hacer ni un solo movimiento, ya que todavía no me había recuperado del "shock", y allí me quede con ella, en un silencio lleno de miedo.

Nunca volvería a dejar que su padre le pegara de nuevo, y juro que no permitiré que vuelva a suceder, no se merece nada de eso, mucho menos ella, mi amiga, porque la quiero un montón pase lo que pasé y siempre la tendré en cuenta, vaya a donde vaya.