miércoles, 5 de septiembre de 2012

El tiempo.

No puedo entender el concepto del tiempo. Aunque me lo explicara Einstein, no lo entendería porque sigue siendo inexplicable. El tiempo no te deja saborear las cosas, ya que su velocidad inalcanzable te desintegra por dentro cada vez que intentas recordar que estuviste allí en ese momento, en ese segundo, haciendo lo que siempre deseaste o repitiendo lo que ya intentaste.
Si sientes dolor, el tiempo no te calmará sino que te arrastrará al pasado en el que sufriste o reíste. No importa cuan horrible o encantador sea el recuerdo, el dolor no cesará hasta que el tiempo lo desee.
El tiempo te engañará, y tarde o temprano te darás cuenta de que no te puedes fiar ni de algo tan simple como eso. Se burlará de ti sin que te des cuenta, te arrebatará tu alma y la torturará para que sientas más y más profundo el dolor, se transmita hasta tus venas e incluso te deje sin aliento.
Sigue siendo simple, demasiado simple para entenderlo.
Y cuando finalmente piensas que el tiempo te ha abandonado, empiezas a sentir un vacío sin sentido alguno que te lleva a cuestionarte el por qué. Entras en un bucle de preguntas que nadie puede contestar, ni si quiera tu mismo y al final llegas hasta tal punto, que te vuelves loca. Sientes que quieres volver a llenar ese vacío de dolor. Echas de menos el dolor del pasado.

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